La calidad de fabricación integrada de las butacas de teatros históricos o centenarios rara vez es superada por los estándares de fabricación actuales, ya que el diseño hoy día modular que tienen las butacas de cines, auditorios o teatros, facilita su mantenimiento gracias a la fácil sustitución de sus componentes.
Pero cuando se trata de la restauración de butacas de teatros centenarios o históricos, declarados BIC (Bien de Interés Cultural), se precisa de un conocimiento preciso de la historia de dichos muebles para garantizar la estabilidad del material de los bienes culturales muebles valiéndose de medidas que aseguren su permanencia.
La restauración de teatros centenarios y sobre todo el de sus butacas, juega un papel esencial en la preservación de nuestro rico legado cultural. Cada vez que rescatamos y restauramos una butaca centenaria, estamos rescatando un fragmento de la historia tangible que guarda la esencia de una época pasada y que habla de la cultura teatral de ese lugar, en un periodo concreto.
A través de un proceso minucioso, desmontamos todas las partes de la butaca, haciendo honor a las tradiciones, técnicas y estilos de épocas pasadas, manteniendo viva la narrativa cultural que desde entonces ha ido manteniendo nuestra identidad colectiva. Al conservar estos tesoros del pasado, aseguramos que las generaciones presentes y futuras puedan apreciar y comprender la riqueza de nuestra herencia cultural, transmitiendo un legado duradero que trasciende el paso del tiempo.
Independientemente de su estilo, a través de cuidadosos procesos de limpieza, reparación y acabado, es posible eliminar años de desgaste y daños superficiales. Esto realza notablemente la estética de la butaca, que a menudo tiene una historia fascinante detrás de ellas. La restauración cuidadosa permite conservarla al tiempo que se corrigen los daños. Las butacas restauradas centenarias a menudo cuentan con detalles únicos y un carácter que las hace aún más especiales.
Mantener esos detalles tal cual fueron desde su origen, ayuda a conservar la asociación y vínculo de una imagen con su historia. Por ello conservar una butaca centenaria es mantener viva las crónicas periodísticas de la época.