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Los teatros clásicos suelen destacar por sus detalles aterciopelados, tanto en butacas como en el revestimiento de sus paredes tapizadas que se realizan con tejidos ignífugos de alta calidad. Aún así, existen en nuestra actualidad muchos teatros centenarios abandonados a su suerte por falta de presupuesto para un mantenimiento al menos periódico.

En ocasiones podemos observar los daños tan visibles provocados por la humedad y la falta de ventilación que tienen estos teatros centenarios, pero que en su día fueron el esplendor de las mejores representaciones de su época, como musicales, obras de teatros y conciertos.

La falta de un  buen presupuesto para tener un mantenimiento sostenido en el tiempo, el abandono, el polvo y la humedad ha ido haciendo mella en muchos de estos espacios culturales, termina por apreciarse un deterioro en las tapicerías principalmente. El polvo y la humedad atraen ácaros que empiezan reproduciéndose y carcomiendo no solo la tapicería de una butaca, sino también su interior, como es la espuma y la estructura metálica interna.

Ante estos problemas de abandono y limpieza, tras una profunda renovación, una de las soluciones más preventivas que existen en el mercado para el equipamiento para teatros y cines es la utilización de tapicerías antibacterianas.

Para hacer una reparación de tapicerías para teatros duradera y que cumpla con las garantías de seguridad contraincendios, el tipo de tapicería es por tanto esencial, no solo por su capacidad ignífuga, sino también por la facilidad para su limpieza.

Hay que tener en  cuenta que si las manchas se mantienen entre las fibras por mucho tiempo, pueden ir formándose costras que desarrollen microorganismos descomponedores, haciendo que el tejido adquiera un color característico amarillento e incluso desprenda con el tiempo un mal olor.

En este caso, los últimos tejidos que han salido al mercado, incorporan sistemas de microtrenzados capaces de impedir que los líquidos y sólidos penetren entre sus fibras, siendo ésta una de las soluciones más efectivas para mantener una butaca limpia por mayor tiempo.

En definitiva, las butacas para teatros suponen una de las partidas más cuantiosas a la hora de pedir subvenciones para la reforma de un teatro.

Dependiendo de la titularidad del teatro, la obtención de subvenciones para teatros puede resultar más o menos compleja. En las grandes ciudades como Madrid, epicentro de grandes producciones, comparten el mercado de la cultura los teatros públicos junto a muchos otros espacios de exhibición de titularidad privada, comercial o independiente.

Muchas de las subvenciones que se obtienen hoy en día para los teatros es para hacer reformas y restauraciones, siendo la justificación más presentada en las solicitudes, aquellas partidas referidas a las butacas que tienen que ser parcialmente renovadas o bien sustituidas por completo.

Las subvenciones para teatros han aumentado en los últimos años, gracias a la apuesta de los gobiernos para fomentar este sector que tiene tantas virtudes que aportar.

En el año 2023 las subvenciones destinadas a teatros fueron de 9.897.245 euros que tuvieron como destino la recuperación de telones para teatros, butacas, revestimiento de paredes y parte de los interiores en las instalaciones técnicas de un escenario de teatro.

Dentro de las rehabilitaciones, como hemos comentado anteriormente, las butacas son sin duda un equipamiento que sufre un desgaste mayor por tener un uso muy intenso por parte del público, seguido de la maquinaria escénica, telones para teatros y cortinas para palcos.

Cuando hablamos en términos generales de la tapicería para uso de pública concurrencia, se utilizan tejidos con clasificación Euroclase BS2DO, siendo este tipo el que se exige para validar la moqueta o tejido para instalar en paredes y techos en teatros. El resultado u objetivo no es solo prevenir la propagación del fuego en caso de suceder éste, sino de aislar acústicamente y la de decorar.

Los tapizados de paredes también son motivo de revisión en muchos teatros, principalmente porque la humedad ha llegado a hacer  mella en muchos de ellos, pudriendo los materiales y debilitando las cualidades que en principio se creían ignífugas. La resistencia a la llama es una de las más determinantes en este tipo de materiales que revisten buena parte del interior de un teatro.