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El renovado ecológico de tapicerías que realizamos para las butacas de un cine o teatro implica una serie de operaciones que conlleva la puesta en marcha de medidas que cumplan con las normativas ISO-14001, entre las cuales se encuentran la extracción del tejido de sus diferentes partes, como son el asiento, respaldo y laterales del reposabrazos, para su posterior proceso de reciclado.

En este proceso se tienen en cuenta el ciclo que ha de seguir un tejido, primero cuando la funda de una butaca es retirada para su sustitución por otra nueva. El tejido retirado pasa por una troceadora en varias fases hasta quedar el tejido en jirones cada vez más pequeños, quedando lavado sin la aplicación de productos químicos.

Cuando el tejido ya triturado en pequeñas porciones alcanza el tamaño perfecto para separarse en fibras, es entonces cuando la tela empieza a adquirir las mismas características que aquella hecha con poliéster virgen. La diferencia es que se emplean fibras de poliéster reciclado, produciendo un menor impacto medioambiental y evitando fabricar un producto derivado del petróleo directamente.

La tapicería de una butaca es la parte más visible y a la vez más innovadora, práctica y funcional para renovar por completo su aspecto, al tiempo de proporcionarle mayores garantías en cuestiones tan importantes como la seguridad contraincendios, todo ello gracias a los nuevos tejidos ignífugos que hoy día se encuentran en el mercado.

Cuando se trata de tapicerías destinadas a las butacas de cines, hay que tener en cuenta varios factores. Además del aspecto visual, el tacto y la estética general de su tejido, su durabilidad es clave, ya que el uso para el que van a ser destinadas tendrán que soportar un exigente trato por parte del público.

Por ello y para que la tapicería de una butaca de cine o de teatro tenga una resistencia duradera, suelen montarse con textiles que aportan una tracción bastante alta, siendo el instrumento para medir tal cualidad el dinamómetro. Este aparato mide la fuerza en las unidades N, kg y lb. El dinamómetro viene con varios adaptadores de formas diferentes que miden la fuerza de tracción, alargamiento de rotura, tenacidad y trabajo de rotación.

Pero para mayor detalle y profundidad en este tema, definimos en este artículo una serie de pruebas específicas para verificar la resistencia de los tejidos que servirán para el tapizado de butacas en cines y teatros y que a continuación detallamos.

Se calcula su masa laminar, densidad filar, título de los hilos en tejido, mojado superficial, penetración de agua, permeabilidad al aire, ducha Bundesmann, rasgado Elemendorf, resistencia al estallido, pilling Box, pilling Martindale, abrasión de tejidos de decoración y abrasión de tejidos de tapicería.

Hay que hacer hincapié en la combinación de estas cualidades en los tejidos destinados a las butacas de cines y teatros, siendo muy importante también el factor limpieza, donde las pruebas de resistencia a la permeabilidad al agua de las telas evalúan principalmente la capacidad de resistencia al agua del grado cercano de las telas entre los hilos. Y hoy en día, la mayoría evalúa la propiedad de resistencia a la penetración de agua de los tejidos después de procesarlos mediante técnicas de fabricación como recubrimiento, laminado, etc

La fuerza de rotación (cN) es la fuerza máxima aplicada en el dinamómetro para romper el hilo. Se conoce también como resistencia a la tracción. Se expresa en centinewtons (1cN = 1,02 gramos).

Por su parte, el alargamiento (%), es la deformación (aumento de longitud). Se expresa en milímetros. El alargamiento a la rotación corresponde al alargamiento relativo en el momento preciso de la rotación del hilo.

En cuanto a la tenacidad (en centinewtons / tex),  es la fuerza específica de rotura (hilo de número 1 tex, en su estado inicial, sin deformación).

Siendo el trabajo de rotación (cN-mm), la energía necesaria para romper el hilo, la respuesta de la redacción.

 

Con todo, el renovado de tapicerías para butacas de cines y teatros, al margen de la utilización de tejidos reciclados y resistentes a la acción mecánica, también han de cumplir la máxima en cuanto a la resistencia calorífica de un fuego, exigiéndose la calificación de ignífuga M1/C1 o equivalente según normativas europeas.