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El desgaste de las butacas de teatros es debido al uso continuado, siendo normal que en muchos teatros, cines y auditorios acaben deteriorándose. Llamado en términos de calidad «martindale», este término define la prueba de productos textiles en dónde se demuestra la resistencia a la abrasión a la que se ven sometidos con el paso del tiempo.

Son tenidas en cuenta estas pruebas para los asientos, ya que es en esta zona de la butaca y su respaldo donde presenta una distensión y merma no solo por su uso, también por los lavados.

Aquellas butacas que presentan un valor superior o están entre 80.000 a 100.000 ciclos de abrasión, son las que se utilizan en auditorios de conferencias, salas de cine o sillas de buses de transporte urbano, trenes y aviones.

Es importante tener en cuenta que los asientos de cines y teatros tienen mucho uso, por lo que son necesarios tejidos resistentes, ignífugos y de fácil desinfección.

La formación de bolitas es la formación de pequeñas bolas de fibras enredadas en la superficie del tejido, un deterioro que generalmente es inaceptable para el consumidor.

La prueba de formación de bolitas en el Martindale pasa una muestra de prueba sobre la misma tela o una tela abrasiva con una fuerza definida en la forma de un patrón de lissajous.

Estas bolitas no deseadas, llamadas también pilling, es un efecto que causa muy mal efecto visualmente y que consiste en la formación fibras enmarañadas, en la superficie de un tejido.

Hoy en día existen muchos teatros centenarios que con el tiempo se han deteriorado y la falta de inversiones han supuesto una dejadez en su mantenimiento, llegando a un nivel de desgaste y rotura que es necesario una reparación urgente. En algunos casos ya muy extremos resulta más rentable la sustitución por unas butacas nuevas.