El nuevo y renovado Teatro Principal de Terrassa tiene ahora un aspecto muy distinto al de sus orígenes, tras haber pasado por varias pequeñas reformas y cambios, destaca su segundo gran cambio que le da una imagen moderna y vanguardista.
Con una capacidad para 623 personas y un escenario remodelado en su totalidad, cuenta ahora con una profundidad de diez metros, por catorce de boca y una altura de diecisiete metros.
Nos podemos hacer una idea de los inmensos telones y su caja escénica de la que está dotado, presidiendo su gran escenario termina por vestir un edificio de carácter monumental y ecléctico, con decoración aplicada de estilo modernista.
Este teatro en manos privadas fue reconvertido como casi todos los teatros de la época en un cine, por diferentes motivos económicos y la bonanza de la industria cinematográfica, ofrecía mayor rentabilidad exhibir películas que obras de teatro.
Finalmente fue adquirido por el ayuntamiento de Terrassa en el año 2005, iniciándose las obras de reforma en 2007 y acabándose en el 2011, justo a los 100 años de su primigenia construcción.
Con su nuevo aspecto cosmopolita que caracteriza casi todas las arquitecturas catalanas, este teatro tiene cinco plantas que suman 4530 metros cuadrados, está equipado con los medios más modernos y conserva elementos arquitectónicos y decorativos del edificio original.
La sala principal tiene 623 butacas, repartidas entre la platea y el anfiteatro. Las dos primeras filas de butacas de la platea pueden retirarse y esto permite avanzar el escenario dos metros gracias a una plataforma elevadora que también se puede bajar de nivel, lo que permite crear un foso apto para treinta músicos.
Los telones se levantaron de nuevo para su inauguración con la obra de teatro ‘Una vieja, conocido olor’, de Josep Maria Benet i Jornet, dirigida por Sergi Belbel.
Un teatro de carácter modernista en su interior, pero respetando en su fachada la ornamentación rica en detalles neoclásicos y algo románticos que la convierte en una monumentalidad.
