El teatro alternativo nace por la necesidad de abrirse paso con presupuestos muy limitados, que al no poder formar parte del teatro más comercial han buscado espacios más informales, como bares de copas con escenarios más reducidos que hacían más íntimo la conexión entre actores y el público que combinaban el ocio nocturno de copas con espectáculos en la mayoría de los casos de comedia.
Tras las cortinas y bastidores los actores bromean y sienten el calor de un público que espera ser sorprendidos, expectantes pero relajados comprenden la situación de un sector que necesita de oportunidades. Estos nuevos escenarios nacen con una opción diferente, pero igual de apetecible, para los amateurs a las artes escénicas.
En este tipo de escenarios, en muchos casos sin superar el 4×3 en dimensiones no existe cuarta pared y esto permite que los espectadores y los actores se sitúen a muy pocos metros, haciendo de cada función una experiencia única. Es también una oportunidad para descubrir a artistas que pueden acabar convirtiéndose en grandes figuras de nuestra cultura.
Los pequeños escenarios de teatro son en muchos casos pequeñas perlas que de vez en cuando descubren tras sus cortinas grandes actores, son un caldo de cultivo en ebullición muy vivo, que están siempre proponiendo ideas nuevas. Un ejemplo de muestra lo tenemos con Surge Madrid, que propone multitud de funciones en más de 30 salas.
Surge es una demostración clara de que en un espacio escénico reducido se pueden crear genialidades con una amplia variedad de propuestas. Salas y pequeños teatros como ArtEspacio Plot Point, AZarte, El Umbral de Primavera, La Encina Teatro, La Mirador, La Nave de Cambaleo, La Sala Mayko o Nave 73, son algunos ejemplos de cómo la escena off ha ofrecido un teatro más fresco y popular, algunas veces hasta bohemio y en otras ocasiones con una mezcla de extravagancia, saliéndose de lo clásico y tradicional.
Las reducidas dimensiones de estas cortinas y aforos no significan que alberguen escasa enjundia, al contrario !, el teatro alternativo o teatro «off» ha evolucionado hacia una independencia más consolidada con unos presupuestos muy reducidos, alejándose del teatro comercial.