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Los circos de ahora no se parecen en nada a los de antaño, con el paso de los años la cultura animalista ha ganado el terreno a la ilusión de muchos niños que se han criado en un espectáculo itinerante, abriendo sus telones de ciudad en ciudad y transportando ingentes pertrechos además de una gran diversidad de animales con los que se hacían acrobacias y números a veces imposibles para el asombro del público.

En la actualidad, los circos con animales están prohibidos en una gran cantidad de países, su historia se remonta hace más de 3000 años cuando en la cultura mesopotámica los guerreros usaban sus técnicas de combate como parte de su entrenamiento realizando ejercicios acrobáticos compitiendo consigo mismo y la naturaleza.

En Grecia, Roma y Egipto el mundo circense, como la acrobacia, el contorsionismo o el equilibrismo, tenían una utilidad altamente relacionada con la preparación de sus soldados, con los rituales religiosos y con las prácticas festivas. Los animales eran parte también de las actuaciones que entretenían al público enfervorecido y ávido por más espectáculo, hasta el punto de incluir sobre la arena a esclavos que luchaban a muerte entre ellos, llamados gladiadores.

Con el paso de los siglos fue desapareciendo el extremismo del salvaje espectáculo que representaba el circo, incluyendo representaciones teatrales cortas entre los distintos números circenses. Poco a poco el circo fue teatralizándose más centrando su oferta en los números acrobáticos y prescindiendo de los animales, que en muchos casos no recibían un trato digno.

Estos circos que tenían una arraigada cultura circense basada en los grandes animales como los elefantes, tuvieron que cerrar. Adaptarse, renovarse o acabar cerrando son las opciones que tienen muchos circos hoy día para poder seguir abriendo sus telones.

Hoy día han llegado esos circos con compañías auténticamente orientadas a números gimnásticos espectaculares, como muy bien lo demuestra el Circo de Soleil. Pero tras el cierre de algunos circos tradicionales, hace aparición una nueva cultura circense que marca un antes y un después con la teatralización moderna y abstracta de danzas acrobacias.

En nuestros días los teatros circos han llegado hasta nosotros transformados por la técnica audiovisual y en otros casos han mantenido su esencia arquitectónica en forma de corralas fomentando el teatro alternativo y regional. Su diseño no dista mucho del teatro tradicional en donde podemos encontrar un telón principal y detrás una cámara negra, pero con un patio de butacas más abierto, donde incluso se pueden comprar pequeños aperitivos para disfrutar aún más de la función.