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Pocas situaciones en la vida se acercan tanto a la realidad como en una obra de teatro, un acto cultural con un público sentado en una silla o butaca y unos actores sobre un escenario elevado recreando los más emocionantes diálogos y situaciones que reflejan la vida cotidiana.

Este espacio cultural es el lugar perfecto donde la esencia del ser humano sale a relucir provocando una catarsis, principalmente por su rigurosísimo directo.

El teatro a diferencia de la televisión o el cine, tiene una conexión mucho más fuerte, transmite valores e ideas de forma más directa y apasionada, ya que la voz desnuda del actor y su expresión corporal es lo único que se exhibe ante el público. Sin aditivos ni artificios, es el teatro más puro, sobre todo por la cercanía del público que está sentado a pocos metros del escenario. Entonces sucede algo mágico, es cuando el público se convierte en la obra y la obra en el público.

Igual que en el teatro, con la misma profundidad, sabiduría y madurez un padre enseña a un hijo toda la verdad, la crudeza y las alegrías de la vida, tomando éste su fuerza y viendo a través de sus ojos su vida. Es ahí donde se consigue una madurez plena, donde las confluencias de la experiencia y por otro lado lo nuevo se encuentran en un mismo punto.

Donde las enseñanzas se basan en las cosas sencillas de la vida, el lugar donde la fusión de ambas partes hace nacer un legado cultural. Eso es lo que el teatro pretende, comunicar y hacer creer !.

Para conseguir que el público se levante de las butacas hay que transmitir verdad y autenticidad en una obra de teatro, siempre basándose en la utilidad de su mensaje, para hacer pensar y cambiar a las personas, en modificarlas para mejorar con ejemplos que tengan una validez real y no con historias banales basadas en el simplismo hedónico.

Tenemos que recordar que el espacio escénico lo engloba todo, desde el escenario, butacas, decorados, etc…, como un sistema cultural formal, que se identifica y hace diferenciar las entidades que en ella participan en un espacio estructurado. En un espacio abierto esto no ocurre así, porque la cercanía y la improvisación conduce el mensaje de forma más directa. Un ejemplo de ello lo encontramos en el teatro de calle, por llevarse a cabo en espacios públicos.