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Las emociones punzantes que salen del escenario real de un teatro son como fotografías o pulsiones que terminan por quedar en lo más profundo de la consciencia, a veces generando mil preguntas más, en búsqueda de miles de respuestas. La punzante punctum de nuestro tiempo moderno a la catarsis, es lo que los griegos acuñaron el término catarsis para referirse a la purificación que se produce en el espectador durante una obra de teatro cuando éste se identifica con los personajes y transita por las mismas emociones que están viviendo sobre la escena.

Desde que nos sentamos en las butacas de un teatro y contemplamos una función estamos expuestos a muchas emociones, en particular las comedias nos hacen reír, es bueno para la salud, debido a que la risa contagia, por ello al ver una obra de teatro cómica sueltas carcajadas, y liberas endorfinas y serotonina, estas sustancias producidas por las células del sistema nervioso que ayudan a reducir el dolor.

En el plano emocional se ha escrito mucho, pero todavía no se ha logrado entender el modo en que asimilamos emociones como la ternura, el amor, la rabia, la codicia, la generosidad, etc…, el teatro nos conmueve y nos estremece cuando vemos tan de cerca la aplastante verdad que a flor de piel emanan de los actores.

¿ Qué momento álgido en una obra de teatro es el que nos hace movernos en las butacas ?. Sin duda cuando los actores rompen la cuarta pared supone una apertura, mirar al público y hablarles manteniendo la ficción y haciendo partícipe al público de esa historia.

El transcurrir de la trama sobre un escenario para el público es insondable, hasta que hay una transgresión por parte de uno de los actores, normalmente un acto espontáneo o agresivo, sorprendente, repentino, capturando la atención del espectador. El nivel en el que se ve la escena es otra variable importante, porque no es lo mismo la visión desde el patio de butacas que desde anfiteatro o paraíso.

El estar situado por debajo del nivel de la escena supone una aceptación y una asimilación mucho mayor del mensaje que si se estuviese sentado en las butacas superiores. En el patio de butacas la mirada al rostro de los actores y actrices es sumisa, como si fuese el contrapicado de una foto. Mientras que si nos situamos en butacas a niveles superiores la observación de la escena está preconcebida, faltando elementos emocionales directos que el espectador a ese nivel no percibe y que por tanto juzga de manera sesgada.

En términos de realidad, no se aprecia pues la misma escena a nivel de escenario que situado sobre él, sin duda en el precio de las entradas podemos constatar la contemplación real y vivaz de una obra de teatro en butacas más cercanas y frontalmente al escenario.