Madrid: 91 218 61 28 | Andalucía: 95 566 49 67 | Barcelona: 93 299 09 74 comercial@decoratel.com

Una fuente de inspiración y una fuerza arrolladora en la que la famosa historia de Alex, una chica de 18 años, trabajadora como soldadora de día y bailarina de noche, sueña con formar parte de la Academia de Baila  Shipley Dance para llegar a ser una bailarina profesional.

La película que pasa al escenario de muchos teatros con un musical trepidante, transmite su fuerza y pasión, vibrando el público desde el patio de butacas  de muchos teatros, entre ellos el nuevo Apolo.

Buscar un Flashdance en el escenario de un teatro es encontrar la verdad a flor de piel, muchas emociones unidas a la razón de una coreografía llena de objetivos, con un arduo trabajo que se plasma a corazón abierto, con toda su verdad y sin posibilidad de rectificar.

Es un momento de exaltación total cuando el espectador ve este tipo de espectáculos, que se disfruta y se puede aprender algo de la condición humana y la historia del hombre, además de poder verte reflejado en escena.

El teatro es una necesidad para el alma para quienes buscan la libertad y la paz consigo mismos, alejarse del hedonismo, lo trivial y lo mundano que invade el día a día de las mentes primigenias con mensajes impulsivos que solo alimentan la impaciencia, hacen que muchas personas consuman fotos sin narrativa.

Poder sentarse en el patio de butacas de un gran teatro y abandonarse durante unas horas a otra dimensión, nos trae la catarsis, la curación y la reflexión posterior, nos hace más humildes al desterrar nuestro yo reconocer la persona que llevamos dentro.

Durante sus 80 años de vida el patio de butacas del Nuevo Teatro Apolo ha estrenado espectáculos de muy variado repertorio: musicales, danza, teatro, espectáculos familiares, flamenco, circo, zarzuela, conciertos… producciones nacionales como internacionales, han tenido cabida en este edificio emblemático de la capital.

Desde que un grupo de baile se quedó sin local para actuar y un empresario teatral les ofreció allá por el año 1886 en New York, la combinación de teatro y ballet musical tuvo mucho éxito por todo el mundo.