Un telón cortafuegos para teatro actúa como su propio nombre indica frenando y acotando las llamas y el humo de un posible incendio. Su instalación conlleva una gran responsabilidad y es imprescindible que su funcionamiento sea fiable, rápido y seguro.
Por ello hay que tener una serie de consideraciones en cuanto a características técnicas y del tipo de estructura que presente cada escenario.
No es lo mismo un escenario que lleve una caja escénica a la americana que otro con alojamiento para telones en guillotina. Lógicamente los teatros a la alemana podrán instalar un telón oculto cortafuegos rígido de acero en el interior de su tramoya, aunque existen soluciones más flexibles en cuanto a materiales que pueden ser enrollados en un cofre para los teatros con telones de apertura horizontal y que no disponen de un peine en su tramoya con suficiente altura.
Un telón cortafuego ha de contar con un motor eléctrico fijado en el peine del escenario, con conexión directa a la hoja cortafuegos. En la maniobra de descenso el equipo hidráulico actúa como freno de la caída del telón, regulando su movimiento de forma uniforme y controlada.
El motor podrá accionarse de manera manual y automática. El telón normalmente está situado arriba y se acciona remotamente según las actividad del teatro. La acción se realiza gracias a tres botoneras: una a la regidoría (al lateral del escenario), el otro al lateral contrario del escenario y el otro a la cabina de control de sala. Las tres botoneras deberán de tener botón de subida, botón de bajada y pulsador para parada de emergencia.
La hoja del telón cortafuegos normalmente va ajustada y suspendida a manera de guillotina, en el lado interior de la boca, encajado en guías laterales fabricadas en perfil de acero laminado.
Hasta aquí lo que se puede llamar seguridad contraincendios en la boca del escenario, pero ¿qué ocurre con el patio de butacas?, ¿qué medidas de protección tienen?
Las propias butacas ya cuentan con propiedades ignífugas inherentes en su composición, desde su estructura metálica, de madera o pvc, pasando por el tapizado, evitan la propagación de las llamas.
Muchos auditorios y teatros actualmente incorporan cortinas colgantes en sus techos que actúan como acondicionador sonoro, pero a su vez tienen propiedades ignífugas. Con la ayuda de la técnica estas cortinas pueden ser desprendidas del techo hacia el patio de butacas en caso de incendio, ahogando las llamas.
La exigencia de poder desarrollar, de forma adecuada y segura, representaciones de gran formato condiciona sin duda la necesidad de disponer de una maquinaria escénica superior que permita el alojamiento de un telón cortafuegos y a su vez la creación de la “magia” asociada a cada espectáculo. Para ello las tramoyas son , funcionales y versátiles haciendo posible la adaptación del escenario en función de cada obra de teatro.