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La totalidad de los teatros que hay en España tienen que volver a distribuir sus butacas con un aforo mucho menor, como consecuencia de la pandemia y con la reapertura en plena desescalada, son muchas las medidas de seguridad e higiene que se han de adoptar por parte de estos espacios públicos cerrados.

Esta temporada se presenta aún incierta, porque aún no se tiene un protocolo homogeneizado y la mayoría de las salas solo podrán abrir en julio y agosto bajo criterios muy específicos y con una limitación del aforo, dejando en su caso para septiembre la reapertura de los teatros.

La nueva normativa está cambiando hábitos en todas las partes, desde el público que tendrá que sentarse dejando varias butacas vacías, el uso de mascarillas de forma obligatoria en lugares cerrados, hasta imaginarnos cómo van a ser las obras de teatros donde los actores tienen que tener un contacto físico por los propios rigores del guión.

También tendremos que tener en cuenta los accesos a estos teatros y las áreas de zonas comunes, que no podrán estar masificadas como antes.

Buscar certezas en cualquier sector es ahora algo precipitado y más si nos acercamos a espacios públicos cerrados, por eso la forma de consumir teatro va a cambiar por completo. La pregunta que nos hacemos ahora mismo es, ¿qué sentido tiene disponer de un gran aforo en un teatro?. La respuesta la vamos madurando y no tardamos en darnos cuenta que en poco tiempo, la reducción drástica de público hará que la venta y distribución de butacas cambie la forma de hacer teatro.

El motivo es sencillo, puede parecer un tanto crematístico, pero al final todo conduce a la consecución de resultados monetarios. Por tanto se crearán nuevos modelos en cuanto a producciones teatrales y al ponerse menos entradas a la venta, los calendarios tendrán que estirarse un poco más para llegar a todo el público objetivo.

Un ejemplo de gran teatro con un gran aforo es el Tivoli de Barcelona, donde tendrán que reducir drásticamente a más de la mitad la venta de entradas ante una programación  que en condiciones normales firmaría un lleno total, con obras como «El Médico – el musical» o «Billy Elliot».

El Teatre Tívoli es uno de los teatros más emblemáticos de la ciudad de Barcelona y se encuentra situado en un bonito edificio de estilo barroco en el centro de la ciudad, que durante muchos años ha tenido muy buena acogida en muchos números musicales, zarzuela, teatro y ópera. Sostener la envergadura de determinadas producciones con una distribución menor de butacas en este tipo de teatro, puede llegar a alterar el precio de las entradas y posiblemente aumentar el número de funciones para una misma obra. Solo con el tiempo veremos los efectos reales de la desescalada y de los protocolos que se tienen que adoptar.