Desde el teatro Cofidis Alcázar de Madrid y al igual que en otros muchos teatros, se realizan musicales teatralizados para niños y niñas de todas las edades. Este tipo de representaciones tienen la excelente virtud de enseñar a los más pequeños y al mismo tiempo sirve de una herramienta útil para formarlos. Desde sus butacas se pueden disfrutar de actuaciones que llevan a los niños y sus familias al plano de las emociones, acercándoles a los más pequeños de la casa y ayudándoles a etiquetar a lo que siente a través de la música y el juego.
El teatro infantil ha supuesto un antes y un después para todos, porque antes se creía que el teatro era cosa de adultos solamente y desde que emergieran compañías de teatros especializadas para edades infantiles, ha sido cuando ha cobrado más fuerza la necesidad de potenciar este tipo de cultura teatral orientado a la infancia.
El motivo es sencillo y al mismo tiempo muy efectivo, la principal virtud del teatro infantil es mejorar el lenguaje, la compresión y la expresión. Amplía el vocabulario y mejora la pronunciación. Por otro lado impulsa a los niños a ejercer una mejor comunicación desarrollando su voz, entonación y vocalización.
Y no solo eso, sino que también enfatiza la cooperación y el trabajo en equipo y les hace sentir que forman parte de un grupo de iguales. El resultado es que tanto los niños como padres y madres sentados en las butacas de cualquier teatro pueden disfrutar de un momento inolvidable, lleno de risas y emociones.
Los musicales infantiles también son una variedad de teatro, donde las canciones y el baile son los que cuentan historias. Y estas historias hacen que los niños adquieran habilidades para una mejor socialización, porque participando en grupo encuentran en otros niños situaciones donde ellos se reconocen y al mismo tiempo pueden aprender otras actitudes.
Muchas veces las emociones pueden desbordarse y causar vergüenza, por eso los alumnos más tímidos que acuden a prácticas de teatro pueden darse cuenta rápidamente de que subirse a un escenario de teatro no es lo mismo que ver la función desde las butacas. Sin embargo, poco a poco quienes sobreexponen sus miedos frente a los demás terminan por mejorar su comunicación en público.
Para transmitir pues un mensaje y este llegue a un espectador de corta edad, la pasión tiene que ser un elemento diferenciador y eso bien lo saben quienes dirigen este tipo de espectáculos.