Una vez sufrida la crisis del 2007, muchos teatros y cines vieron como quedaron afectados por la caída de la demanda, también en parte por la subida del IVA cultural. Arrastrado algunos de estos centros de ocio a acabar cerrando por el declive y la falta de mantenimiento. No es de extrañar cuando los números no dan ni siquiera para alcanzar el umbral de rentabilidad. En consecuencia muchos de estos espacios culturales y de ocio han ido reconvirtiéndose en salas multiusos. En otros lugares, las edificaciones nuevas ya anticipaban la flexibilidad que el mercado del ocio requería y en su propio diseño se incluían varias salas que varían en la configuración de sus butacas.
Un ejemplo de teatro-auditorio moderno y actual es el de Cuenca, con un total de 926 butacas se distribuyen en una sala principal de 736 unidades más 190 en una segunda sala. Las dos Salas forman, igualmente, unos espacios acogedores y cómodos, a la vez que funcionales. En apariencia puede parecer austero y sencillo equipamiento, no puede ocultar el hecho de que se trata de materiales de primera calidad, que responden a un diseño exclusivo para este edificio. Techos, cortinajes, butacas, decoración, etc., forman un agradable complemento de la fábrica arquitectónica.
La disposición escénica de la primera sala del teatro auditorio de Cuenca permite tres configuraciones con el mismo tipo de butacas. De tipo teatral, para uso musical con la ayuda de una caja acústica frente al telón de boca, variando según el tipo de montaje se consigue una calidad acústica diferente. En una segunda sala, algo más acogedora y elegante, tiene una disposición semicircular, siendo muy adecuada para conferencias, asambleas de tipo medio, simposios, seminarios, ponencias, etc.