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Antes de que surgiera el cine, el teatro era el lugar donde la cultura se daba cita, en algunos casos desde el más estricto y bohemio sentido de la palabra. Reuniendo en cada época lo mejor de la literatura más candente, asistiendo un público ávido por el entretenimiento. Desde el drama, la comedia o la revista, el teatro circo Price de Madrid fue uno de tantos ejemplos surgiendo como un lugar a día de hoy para la reflexión y compartir conocimiento.

Actualmente desde sus butacas podemos recrearnos en un plano muy diferente con respecto a lo que era en sus comienzos, tomando desde otra perspectiva el significado de lo que es el teatro circo. Pero para que nuestros lectores se hagan una primera aproximación, diremos que el Teatro Circo Price surge de la mano de Thomas Price. El señor Price era un domador de caballos irlandés, perteneciente a una antigua estirpe de acróbatas y que llegó a Madrid en 1847 para establecer y promocionar sus números. En el año 1858 es cuando el Sr. Price se establece en Madrid siendo diez años más tarde cuando tras algunos pequeños escarceos este empresario se decide a montar su propio teatro circense gracias al arquitecto Pedro Vidal aprovechando el crecimiento de la ciudad y atrayendo una oferta cultural mucho más amplia y variada.

En el año 1879 ya con Thomas Price fallecido, la nueva remodelación del Teatro Circo Price cobra una nueva dimensión, siendo la noche del 5 de diciembre de 1880 cuando el señor William Parish, domador de caballos toma el relevo e inaugura el nuevo Circo Teatro de Price, diseñado por el arquitecto Agustín Ortiz de Villajo.

En sí este teatro cambió de nombre varias veces, durante la época en que vivía el Sr. Price recibió su propio nombre para más tarde entre los años de su segunda renovación alternar con el nombre de Teatro Circo Parish como homenaje. En esta segunda renovación se le dio muchas más capacidad en cuanto al plano de butacas se refiere dándole así mayor versatilidad y capacidad para acoger los números más espectaculares.

En las primeras décadas del siglo XX conviven espectáculos de circo con representaciones de zarzuela, números de revista, lotería, combates de lucha libre y boxeo o conciertos de música clásica. En esta luminosa época se suceden en la dirección Leonard Henry Parish (1917-1930), y Mariano Sánchez Rexach (1930-1936). Llega la Guerra Civil y la actividad se detiene; además un bombardeo destruye el edificio. Pero en 1940 se reconstruye, y durante los siguientes años la dirección del circo pasa por diferentes manos: Francisco Perezoff (1940-1941), Juan Carcellé (1941-1960), y Manuel Feijoo y Arturo Castilla (1960-1970), contribuyendo cada uno de ellos a que este circo cobrase su mayor apogeo y esplendor.

El 12 de Abril del año 1970 el Teatro Circo Price hace su última función quedándose huérfano el teatro en la ciudad de Madrid. No obstante fueron una serie de empresarios y artistitas del momento quienes dedicaron sus esfuerzos durante las décadas de los ochenta y los noventa a reabrirlo, entre ellos destacar a los empresarios Soria y Manuel Feijoo, José María González o José Villa del Río “Tonetti”; numerosos artistas de significadas familias circenses, críticos e intelectuales, las asociaciones de Amigos del Circo y la de Artistas y Amigos de las Artes Circenses, así como expertos en artes circenses como José Mario Armero y Pedro Rocamora.

No es hasta pasado 30 años después allá por el año 1999 cuando por parte de las administraciones madrileñas se acometen las nuevas obras en el Teatro Circo Price, dirigidas por el arquitecto Mariano Bayón en 2002 y que sumaron la nada desdeñable cantidad de 25 millones de euros. Actualmente el Teatro Circo Price cuenta con muchas actividades anexas a las propias representaciones, como por ejemplo los talleres y campamentos orientados a la educación. Con sus impresionantes instalaciones y un aforo configurable entorno a las 2.000 butacas, destaca por su pista central que acoge desde grandes musicales, conciertos y teatros de toda índole.