A lo largo de la historia diferentes cavilaciones han intentado dotar a los textiles de un recubrimiento ignífugo más o menos efectivo con componentes naturales. Se trataban de impregnaciones con algunos aceites y extractos naturales combinados, dándole una protección parcial al tejido, pero no es hasta principios del siglo XX cuando se desarrollaron los primeros retardantes a la llama en tejidos, aunque no fue hasta pasada la segunda guerra mundial cuando se perfeccionaron algunos textiles con polímeros sintéticos, los cuales dieron pié a estimular el avance en diferentes industrias y sectores, como por ejemplo en el teatro.
Un sector donde el equipamiento se basaba en muchos casos en una fabricación pobre en seguridad contraincendios de telones de fondo, telones de embocadura, bambalinas y cortinas decorativas estaban expuestas de manera permanente al peligro de un incendio. Ahora eso ya ha cambiado mucho y después de ver algunas tragedias en teatros emblemáticos de gran solera, las normativas de seguridad contraincendios han adaptado sus reglamentos aprovechando las nuevas tecnologías retardantes en textiles ignífugos de que disponemos para proteger los escenarios de muchos de estos teatros y a su público.
El algodón ignífugo M1/C1 utilizado en la fabricación de telones de fondo para escenarios cubre ampliamente todas las expectativas en seguridad contraincendios relativas a las normas CTE de edificación UNE-EN 1101:1996 según el documento del CTE UNE-EN 13772:2003, UNE-EN 13773:2003 e ISO 6330:2001. Además otros reglamentos europeos actualizados a éste rigen y sirven como refuerzo y referencia a la hora de elegir el tipo de material que se usan en espacios públicos como hoteles, salas de espectáculos, teatros y auditorios, donde suelen instalarse telones de todo tipo, tanto los de embocadura o principales como los de fondo.
¿En qué se diferencia pues el que un material tenga acabado ignífugo (que protege contra el fuego) o sea ignífugo en su proceso de producción?
Todos nuestros tejidos ignífugos contemplan el tratamiento ignífugo en la propia producción del artículo desde el origen de sus materias primas, por lo que el resultado final de la tela es que acaba adquiriendo de forma intrínseca y perdurable en el tiempo su calidad ignífuga. En cambio un tratamiento a posteriori a la producción, solo garantiza su eficacia durante un tiempo determinado si no es lavado el tejido o cepillado con demasiada brusquedad.
¿Qué tejido resiste mejor las altas temperaturas o el fuego?
El algodón es un tejido con fibras naturales que no es tan altamente inflamable como el poliéster. Toda fibra de origen sintético es por lógica muy inflamable. Aunque con las nuevas tecnologías hay que puntualizar que las fibras sintéticas han ganado también un puesto importante entre los tejidos ignífugos gracias a la nanotecnología. Si tiene que renovar o equipar con telones de fondo un escenario, piense que en la gran mayoría de los casos el algodón ignífugo es el más utilizado.
