Hay muchos teatros, pero pocos como el polivalente Fernán Gómez que se diseña como un centro cultural donde acoge numerosas actividades. Desde teatro, infantil, exposiciones, música, danza, encuentros, talleres, clases maestras, lectura dramatizada, conferencias, radio y videos, entre otras muchas más opciones que sería interminable seguir enumerando aquí. Su mapa de actividades es extenso y abarca todos los campos relacionados con las artes escénicas. En este centro multiusos hay destaca su Sala Guirau, que cuenta con un aforo de 689 butacas especialmente dispuestas en forma de abanico, teniendo una visión perfecta desde cualquier punto, recordándonos a primera vista al teatro romano.
Otra sala aunque más pequeña acoge numerosas actividades, nos referimos a La Sala Jardiel Poncela acoge habitualmente una variada programación más alternativa en la que tienen cabida actividades de disciplinas artísticas relacionadas con las artes escénicas, música, danza, teatro para adultos y para bebes, conferencias, debates, encuentros, poesía escenificada y talleres. La polivalencia de la sala se incrementa ofreciendo una mayor libertad en cuanto a la ubicación de público y escenario. Su configuración permite la realización de más de una actividad en un mismo día. Dependiendo de la disposición de las butacas, el aforo oscila entre 95 y 175 espectadores.
Para los que prefieren las exposiciones culturales, los dos mil metros cuadrados que conforman la Sala de Exposiciones se dedican a muestras temporales cuyo contenido es de amplio interés para un público. Fotografías, esculturas, pintura, audiovisuales…, son algunos de los soportes que han formado parte de las exposiciones que se han podido ver desde su inauguración.
El escenario tiene unas medidas de 22 metros de embocadura y 10 metros de fondo de embocadura a ciclorama y 5 metros de altura en embocadura y 4,85 en interior escenario, con una perfectamente visibilidad desde cualquier butaca, su acústica es muy buena también. Las butacas son amplias y las más cómodas en comparación a cualquier otro teatro de Madrid (hay que tener en cuenta que este es de los modernos).
Su ubicación casi soterrada engaña a la vista y cuando se accede a su interior descubrimos unas instalaciones modernísimas y muy amplias que incluyen una zona de esparcimiento y ocio con un flamante café restaurante. De noche, los viandantes pueden disfrutar de un ambiente refrescante gracias al agua que discurre por todo su perímetro visible y por el juego de luces que emerge de una cascada de agua que da esa sensación tan veraniega.
