Madrid: 91 218 61 28 | Andalucía: 95 566 49 67 | Barcelona: 93 299 09 74 comercial@decoratel.com

Desde que tenemos referencias históricas, el teatro parte desde la antigua Grecia iniciándose en primer lugar con antiguos rituales religiosos de donde surgió la tragedia. Poco a poco fue introduciéndose el género dramático que tenía un componente muy relacionado con los dioses y que a su vez tenía una participación más activa entre los personajes. A la vez que los distintos géneros van apareciendo y evolucionando, el vestuario en los personajes también lo hace empezando con el quitón, que era una tela que caía desde el cuello a los tobillos y sobre este primer atuendo se sobreponían un manto más corto con colores muy vivos. Desde aquellos vestuarios clásicos hasta nuestros días, tanto el atuendo de los personajes como el de los usados en la escenografía de teatro han ido evolucionando tanto en estética como en funcionalidad. En los teatros de la antigua Grecia el fondo de escenario se limitaba de manera sencilla con una delicada tela blanca que cubría el muro, columnas y laterales. Las obras de teatro se representaban al aire libre sobre una tarima desprovista de decoraciones, siendo el gobierno griego quien daba alimentos a los propios asistentes, ya que las representaciones de teatro duraban todo un día.

De un escenario abierto para el populacho a edificaciones más complejas y cerradas, los teatros se han ido convirtiendo en complejos edificios donde los recursos escénicos también han ido ganando en sofisticación. Un ejemplo de ello lo tenemos con el teatro italiano, influenciado por la hedonista cultura griega en tiempos helenísticos, tuvo su esplendor con la consolidación y estabilidad del pueblo romano, elevándose el teatro a nivel de arte mayor, pero cercano al ocio y a lo profano. Con la caída del imperio romano la iglesia tuvo su repercusión sacralizando las obras para acercarse al pueblo y sobre todo para crear una liturgia y un dogma. La influencia de la iglesia en el teatro hizo desaparecer la figura del actor profesional, aunque se permitía la actuación de bufones y otro tipo de entretenimiento como las acrobacias, el canto o la danza, poco a poco con el humanismo y el renacimiento el drama litúrgico va desapareciendo.

Es por tanto con la llegada del renacimiento cuando los teatros se especializan más como un lugar de cultura, primero para la burguesía y la alta y media nobleza. A medida que el teatro se va popularizando y gana en cuanto a estratos sociales, se van creando escenografías acordes a la complejidad de la literatura y los textos. Sobre todo porque se quiere conseguir una escena más realista, organizada y visual. Con el teatro a la italiana la estructura del edificio teatral se separa claramente entre el espacio del público y la caja escénica. Esta caja escénica es la que con el tiempo va cobrando paulatinamente más sofisticación. La tela con la que visten estos nuevos escenarios es de algodón negro, sobre todo en cuanto al fondo y laterales se refiere.

Hoy en día y tras trágicos incendios en muchos teatros, se han ido exigiendo el uso de tejidos ignífugos para los revestimientos y cortinajes, tanto para el fondo de escenario como para los aledaños. Para ello la normativa para elementos textiles suspendidos, como telones para teatros, cortinas, cortinajes, etc. se rige por la norma UNE-EN 13773:2003 / Clase 1.

Tanto Texbrak como el textil Vullout son telas negras que habitualmente se emplean en grandes cortinas y telones. La característica de inflamabilidad de este tipo de tela radica en que sus fibras adquieren su cualidad ignifuga desde su origen, justo antes de crearse la trama y urdimbre en los telares industriales.