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¿Por qué las personas tenemos ese afán de reescribir el pasado? o ¿por qué imaginamos mundos o fantasías diferentes a nuestra vida real?. Para poder contestar a estas preguntas, tenemos que echar la vista muy atrás, tan atrás como llegar hasta la representación rupestre que encontramos en algunas cuevas de España, su antigüedad data de algo más de 64.000 años, entonces ya los seres humanos con sus limitadas herramientas pensaban en proyectar sus inquietudes y anhelos por medio de la pintura en las paredes. A medida que la civilización fue desarrollándose en sus distintas etapas, la pintura fue experimentando un destacado papel en la comunicación visual en cada raza y en cada época marcando un estilo único que en algunos casos ha tenido una influencia importante, por ejemplo el arte griego, que ha perdurado de manera significativa en muchos lugares de occidente hasta nuestros días. Luego de la pintura se pasa durante el año 1838 a la fotografía, Niepce y Daguerre dos ingenieros franceses inventan una forma de revelar las imágenes captadas por lo que ya se empieza a vislumbrar la revolución de la fotografía y de lo que después conllevaría el salto cualitativo del uso de los fotogramas en movimiento. Ese momento llegó con los hermanos Lumiére en el año 1895, cuando patentan la primera cámara para hacer secuencias de imágenes en movimiento, llamado entonces el cinematográfico. De esta fecha data la primera película de que se tiene conocimiento, incluyendo hasta un cartel de cine, siendo la película de estreno «El regador regado» creada por los propios hermanos Lumière.

A partir de aquí el cine fue expandiéndose en argumentos y en formatos mucho más elaborados, aún siendo las películas mudas porque todavía no se había conseguido incorporar el sonido por falta de medios técnicos, podemos destacar así las impresionantes obras de Charlie Chaplin, Buster Deaton o Harold Lloyd, que ilustraban con subtítulos agregados la falta de audio, así el público podía entender mejor el argumento de la película. Fue hasta el año 1927 cuando se crea la primera película sonora de la historia y que fue producida por Warner Bros Pictures, presentando en sociedad al Cantor de Jazz. A partir de aquí tanto la imagen como el sonido quedarían unidos en todas las producciones futuras que se hicieran.

Los avances fueron vertiginosos en el cine, ya en 1935 ya se exhibía la primera película en color y sucesivamente se iban incorporando mejoras que dotaban cada vez más de mayor calidad a las películas, tanto en imagen como en sonido. En la actualidad cualquier persona que se sienta en las butacas de un cine puede experimentar sensaciones tan reales como si formasen parte de la propia película. La utilización de técnicas audiovisuales nuevas y la aparición de los efectos especiales se han podido crear obras maestras del cine recreando escenarios ficticios imposibles de imaginar, un ejemplo de ello lo tenemos en la película Avatar.

Desde luego si tenemos en cuenta como reflejo a futuro de la realidad que quiere vivir el ser humano, en un futuro no muy lejano ya no nos tendremos que sentarnos  en una butaca de cine para vivir en primera persona lo que la tecnología pone al servicio de las personas, simplemente la tomaremos como nuestra, dejaremos de ser espectadores para pasar directamente a  vivir como actores.