El teatro tiene diferentes géneros literarios o dramáticos en los cuales se inspiran muchas obras escritas por importantes autores de diferentes épocas, principalmente está la tragedia, el drama y la comedia. Dentro de estos tres grandes grupos la actuación de los actores puede darse en diálogos entre ellos, con una interlocución o coloquio apelando al público de forma directa o en forma de monólogo que consiste en un diálogo sin respuesta, aunque va dirigido a un personaje concreto, también puede transformarse en un soliloquio donde el actor desdobla su personaje en dos sujetos imaginarios. Tras un telón una obra de teatro conlleva un trabajo intenso, lleno de ensayos y coordinación, pero sobre todo la base fundamental sobre la que descansa es el guión literario.
El guionista o escritor de la obra es quien debe supervisar junto con el director de escena los ensayos para conjugar las diferentes fases de la obra, entre los muchos elementos que entran en juego, están las acotaciones, antes de levantarse el telón, todos los actores, director de escena y guionista repasan los últimos detalles, principalmente las acotaciones guían la forma en que cada actor tiene que interpretar dando un estilo personal a una frase o de cómo ha de ser la personalidad de su personaje. Al mismo tiempo y en el transcurrir de las escenas pueden ir cambiando los fondos de escenarios, adaptándose los decorados con telones de fondo.
Las fases en las cuales se divide una obra de teatro varían en función del número de actos, es decir, actualmente puede darse el caso de que los actores entren y salgan a escena variando el decorado, esto significa que el cuadro de escena representa una parte de la obra diferente y al mismo tiempo en el diálogo cobrando una dimensión diferente, habiendo obras de teatros con hasta 60 escenas o cuadros diferentes. En cambio puede ser que los actores entre en escena y permanezcan en ella hasta el final de la obra.
Como hemos comentado en la introducción de este artículo la tragedia es uno de los géneros literarios del teatro, procede de la antigua Grecia, siendo su principal característica la del enfrentamiento entre los personajes ante un destino inevitable o imposible de resolver terminando en un final trágico. Dentro de la tragedia existen historias en donde el personaje hace crecer sus virtudes y se enfrenta a diversos obstáculos afrontando con valentía numerosos problemas logrando salir adelante, ello hace que el público se exalte admirando dicho personaje. Hay que tener presente que este género pretende mediante diversas calamidades e infortunios transmitir al espectador una lección sobre la moralidad y la esencia humana. Como otra forma de manifestación del pensamiento humano este género teatral está orientado a entretener, de aportar un valor didáctico donde la enseñanza de los valores básicos como la familia, la amistad, la integración participativa y solidaria en la sociedad son señas de identidad. Al mismo tiempo sirve de crítica ante conductas deleznables, sobre todo ante la figura de la autoridad que se corrompe. Como cualquier género literario la tragedia hace una exploración profunda entre las diferentes facetas y matices del ser humano, desde el punto de vista espiritual, psicológico y en donde se intenta expresar aproximándose con gestos y un tono verbal adecuado a sentimientos como el amor, el miedo, odio, alegría, locura, tristeza, euforia, vergüenza, orgullo y demás tipos de conductas.
En cuanto al drama tenemos que hacer la apreciación de que antiguamente se llamaba drama a toda representación teatral, actualmente se considera un género estrictamente lingüístico donde se ve representado a través de la escena. El drama viene a representar una mezcla entre la tragedia y la comedia, es una variante más suave de la tragedia, en muchas de sus obras su final acaba siendo trágico y en otras combina lo trágico, lo vulgar y lo cómico, en donde muchas veces se representa cierto surrealismo o a veces ante esta mezcolanza de sentimientos pudiera hasta parecer un tanto patético por el contraste de sus contradicciones. Buscando una referencia en internet todos los resultados nos apuntan como ejemplo la tragicomedia «La Celestina», escrito por Fernando de Rojas en el S.XV, es uno de los clásicos de la literatura española más conocidos siendo una obra extensa que trata sobre el amor, la lujuria y la codicia, entre otros temas. Esta obra de teatro sigue dando mucho juego por su argumento sobre todo en la puesta en escena, llegando a representarse bajo una moderna escenificación con ingeniosos montajes y decorados.
Para concluir la comedia que conocemos en España proviene en sus arraigos de la revista, un género frívolo y lleno de picaresca tomado del teatro francés, que con el paso de los años fue evolucionando hasta nuestros días incorporando las inquietudes de la actualidad dominante, la globalización y de aquellas pequeñas miserias que hace años o siglos se magnificaban, hoy día son pequeños neuroticismos u obsesiones que lleva la sociedad a cuestas en su día a día de una forma mucho más sofisticada.