Madrid: 91 218 61 28 | Andalucía: 95 566 49 67 | Barcelona: 93 299 09 74 comercial@decoratel.com

Korflip tiene un nuevo amigo

Aún no tenía ni 18 meses de edad cuando el pequeño Korflip tuvo que abandonar la compañía materna de su querida mamá. Su madre, gentil y cariñosa le explicaba a su pequeño Korflip que tenía que descubrir el mundo por sí mismo y de afrontar los rigores de sobrevivir en un mundo hostil y lleno de peligros. Al contrario que otros amigos de su misma comunidad, Korflip necesitaba pocas horas de sueño, había nacido con una singular y curiosa cualidad, la de preguntar por todo lo que veía. Ello le hacía pasar horas y horas observando su entorno y aprendiendo despacio pero constantemente. A diferencia de otros koalas, Korflip no solo comía eucalipto, sino que le encantaba la miel y a veces tras muchos encontranazos con las abejas y después de llevarse alguna que otra picadura, consiguió dominar una técnica muy depurada para arrebatarles un poquito de ese preciado alimento.

Y el tiempo pasaba, las estaciones del año se sucedían y un verano muy cálido, en la isla donde vívía Korflip, apareció en la playa restos de un naufragio. Korflip apreció a lo lejos subido en un árbol aquellos objetos brillantes y coloridos que destacaban sobre la arena de la playa. Ni corto ni perezoso, comenzó a bajar del árbol al que estaba encaramado y se dirigió hacia la playa para ver que eran aquellas cosas tan extrañas. Cuando llegó pudo ver con sus ojos todo tipo de objetos procedentes de un barco que se hundió en las cercanías de la costa. Había desde restos de vajillas, trozos de madera, una brújula, revistas de cine, una radio, latas de comida, envases de plástico y unos alzadores infantiles para butacas de cine de color rojo intenso. Korflip le llamó poderosamente la atención todas aquellas cosas, empezó a tocar aquellos preciados objetos, que aún no sabía para qué servían.

Pero fue al coger la radio, cuando al tocar un botón, empezó a sonar una reproducción de audio donde se oían voces de personas, risas y conversaciones, Korflip asombrado seguía con atención aquellos sonidos nuevos de humanos. Aunque aún no llegaría a ver con sus propios ojos lo que tenía aquella radio y lo que iba a hacer entender definitivamente de donde venían aquellas voces y risotadas, la pantalla que había en aquel dispositivo, que al tocar otro botón comenzó a visualizar imágenes de niños y niñas en un cine sentados, viendo una película. Curiosamente en esa película aparecía una animación de un koala y sus aventuras. Korflip quedó identificado al ver esas imágenes y comprendió que fuera de aquella isla había otra vida muy diferente a la que él conocía.

De forma inesperada pudo comprobar unos metros más allá, un pequeño cuerpo sobre la arena que comenzaba a moverse, Korflip entonces se dirigió y se encontró con un niño de corta edad, que se levantó y con cara de sorpresa miró a Korflip y como si de casi un encuentro celestial sucediese, comprendieron ambos personajes la necesidad de entablar comunicación. El niño cogió en brazos al pequeño Korflip y se lo llevó hasta aquellos objetos que él había encontrado con anterioridad y comenzó a enseñárselos y a explicarle qué eran aquellas cosas y de donde provenían. Korflip asombrado parecía entenderle y así pasaron juntos aquel día hasta que llegó la puesta de sol. Ambos sentados en la arena oteando al horizonte y con aquella suave y cálida brisa terminaron por retirarse hacia el interior de la isla para descansar y pasar la noche.

Al amanecer el pequeño naufrago fue despertado por Korflip muy temprano, el niño asustado despertó al oír una pequeña voz. Era la voz de un koala!!, no se lo podía creer, pensaba que todo era un sueño, pero se pellizcó y sí, sí, era Korflip que le decía, -¡despierta!, ¡despierta!-. El niño entonces le preguntó, -pero ¿cómo puedes hablar?, no puede ser!!-. De repente todo lo que el niño aprendió hasta aquél día quedó soslayado por una fugaz luz que surgió al cruzarse las miradas de ambos personajes. Todo pasó muy deprisa y comenzaron a hablar. Tom, que era el nombre de aquel pequeño niño, le explicó que su barco se había hundido y que tenía que volver como fuera a su hogar.

Durante ese día, Tom vio entre los restos un alzador infantil donde curiosamente  llevaba estampado un logotipo de un koala y el nombre de la marca, así que lo identificó rápidamente con aquel nombre y le puso de nombre Korflip a su pequeño y gracioso amiguito. Tom le explicó que eran aquellas imágenes que se veían en aquel reproductor y de cómo las personas en todas partes del mundo se divertían yendo al cine para ver películas. Korflip quedó fascinado por aquella forma de vida y le dijo a Tom que quería ir con él para que le enseñara su mundo.

Tom que tenía 9 años de edad y estudiaba en tercero de primaria, poseía grandes cualidades creativas e imaginativas, tal eran sus capacidades que donde más destacaba era en el área de manualidades. Por eso rápidamente comenzó a construir un refugio junto a Korflip. Un refugio sencillo pero bien construido para que se pudieran proteger de la lluvia y el frío de la noche que a veces arreciaba con frecuencia en aquella isla. Al mismo tiempo y con la suerte de encontrar entre los restos del naufragio una caja donde venían utensilios de cocina, hallaron un encendedor, con el que Tom pudo hacer un pequeño fuego para poder calentarse y cocer en un recipiente los cangrejos y almejas que iba encontrando en la playa para al menos llevarse algo a la boca.

Tom cayó en la cuenta que si quería salir de aquella isla con vida junto a Korflip, debería de hacer algún tipo de señal en cuanto viese señales de aproximación de algún barco, para que fuesen avistados. Entonces amontonó muchas ramas y trozos de árboles y los dejó listos para cuando llegase el momento prendiera fuego. Al cuarto día avistaron un buque de transporte que pasaba cerca de la costa y Tom nervioso y agitado, gritaba sin cesar, prendió fuego a toda aquella madera y ramas y rápidamente se formó una columna de humo, que fue divisada por el capitán de aquel carguero.

Tom y Korflip fueron recogidos por la tripulación del barco y juntos comenzaron una trepidante aventura hacia un mundo nuevo, pero lo que viene a continuación será otra historia que no os podéis perder.